Suelos para exterior

02 junio 2015

Suelos de tarima en exteriores

La madera sigue siendo uno de los materiales más solicitados para construcciones y pavimentaciones debido a su calidez y a la buena presencia que otorga a cualquier espacio. Además, gracias a los tratamientos que reciben en la actualidad, se ha convertido en un material más resistente y duradero. En este post hablaremos de un tipo de pavimentación para exteriores, los suelos de tarima, que están muy recomendados para dar un aspecto agradable y cálido desde jardines hasta paseos o piscinas.

Madera para los suelos en exterior

De los muchos materiales en los que se puede recubrir el suelo en el exterior, la madera es unos de los más utilizados. Ya sea en jardines, piscinas o para hacer pasarelas, la madera es un material que aporta calidez y buena presencia a cualquier espacio. Es recomendable la utilización de madera tropical para colocar los suelos de tarima en el exterior, ya que son las que aporta más resistencia y durabilidad al desgaste y exposición a los elementos que sufrirán los suelos de tarima que se coloquen en el exterior.

La colocación de las tarimas de madera en el exterior requiere de un trabajo por parte de profesionales para realizar el montaje correctamente, ya que se necesitan colocar primero los rastreles de madera sobre el que ira colocada la tarima ya sea en tablas largas o en losetas. Las tablas se colocaran con una distancia entre ellas para asegurar que el agua no se queda estacada en la madera y crea incomodos charcos, de esta manera en caso de lluvia el agua  pasaría a través de los huecos de la madera y no crearía charcos, por lo que la madera no sufriría tanto desgaste o daños por el agua por la exposición continuada a esta.

Madera tratada

Para facilitar el mantenimiento que exige la madera, colocamos en todos sus trabajos madera previamente tratada para evitar la aparición de hongos y plagas de insectos que puedan estropear la madera o deteriorarla a largo plazo. Además, después de la instalación, se procede a tratar la madera con productos que la protegen contra la lluvia o la climatología adversa para maximizar su duración en las mejores condiciones y garantizar su buen estado y elegancia natural durante años.